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16-10-2017 |
Myanmar: limpieza étnica y violaciones en masa
Rolando Astarita
Entre los comentarios que suscitó la nota “Defender lo elemental del ideario socialista” ( aquí ), sostuve que la exaltación nacionalista y étnica muchas veces fue de la mano de la violencia sexual contra las mujeres. Algunos lectores del blog dijeron que lo mío era una exageración, provocada por mi rechazo al nacionalismo. Respondí que si bien no parece darse siempre, existieron sin embargo numerosos casos en los cuales el nacionalismo y etnicismo fueron acompañados de la violencia sexual masiva contra las mujeres. Y sigue ocurriendo .
En concreto, en Myanmar, asistimos a un nuevo caso donde la violación masiva de mujeres está al servicio de la limpieza étnica lanzada por el gobierno y el ejército contra los rohingya. Esta es una minoría étnica, lingüística y musulmana que sufre una opresión extrema: necesitan permiso de las autoridades para casarse o viajar; no tienen derecho a poseer tierra ni propiedades; y hace poco se les prohibió tener más de dos hijos. Peor todavía, desde hace meses están padeciendo asesinatos en masa, violaciones masivas y la destrucción de sus aldeas. Transcribo algunos testimonios de los ataques sexuales.
“Decenas de mujeres musulmanas rohingyas han sido atacadas sexualmente por fuerzas de seguridad birmanas, según médicos de las Naciones Unidas. Ocho profesionales médicos que trabajan en Bangladesh informaron que atendieron a 25 mujeres desde fin de agosto con lesiones físicas que son compatibles con ataques violentos. Médicos de las Naciones Unidas también atendieron a cientos de mujeres con ese tipo de lesiones en octubre y noviembre (de 2016), después de la primera ola del conflicto entre funcionarios birmanos y musulmanes rohingyas” (“Doctors report horrifying gang rape attacks on Rohingya women”, The Independent , 25/09/17, http://www.independent.co.uk/news/world/asia/doctors-un-rohingya-muslim-women-refugees-burma-rape-sexual-violence-a7965251.html ).
“Ayesha Begun, una mujer rohingya refugiada en Bangladesh relata que los soldados entraron en la villa en la que vivía, en Myanmar, y reunieron a las mujeres de la casa en un cuarto. A ella le arrancaron su bebé de sus brazos y lo patearon como si fuera una pelota de fútbol. Luego la desnudaron, le pusieron un cuchillo en la garganta y comenzaron a violarla. Doce soldados se turnaron para violar a las mujeres en el curso de lo que ella piensa fueron varias horas” (“Rohingya refugees share stories of sexual violence”, Annete Ekin, 29/09/17, http://www.aljazeera.com/indepth/features/2017/09/rohingya-refugees-share-stories-sexual-violence-170929095909926.html ).
Atrocidades similares se cuentan en “Rohingya Recount Atrocities: ‘They Threw My Baby Into a Fire”, J. Gettleman, New York Times , 11/10/17, ( https://www.nytimes.com/2017/10/11/world/asia/rohingya-myanmar-atrocities.html ; fue reproducido por La Nación , 11/10/17).
La violación como arma de guerra y afirmación étnica-nacionalista
Para ubicar en perspectiva los horrores que están ocurriendo en Myanmar, reproduzco pasajes de escritos que tratan sobre las violaciones en masa en situaciones de conflictos nacionales o étnico-nacionales.
“La violación toma muchas formas, incluyendo la violación masiva de mujeres civiles como recreación y/o premio por una victoria militar, la violación masiva de mujeres civiles como una estrategia o arma de guerra, y la esclavización de mujeres y niñas para dar servicios sexuales a soldados y oficiales” (“Feminist Perspectives on Rape”, Stanford Encyclopedia of Philosophy, Fall 2017 Archive, https://plato.stanford.edu/entries/feminism-rape/#WarRapGenRap ). La esclavización de mujeres para ser explotadas sexualmente ocurrió durante la ocupación japonesa de China y Corea, en la Segunda Guerra; y por rebeldes en Sierra Leona, con mujeres y niñas secuestradas. Debería agregarse las violaciones masivas cometidas por el Ejército Rojo en Alemania (también en Polonia y Ucrania, aunque en menor medida), durante la Segunda Guerra. Además, hubo violaciones en masa en Chipre, los territorios de la ex Yugoslavia, Ruanda y Sudán. Más adelante:
“Dado que la violación en la guerra con frecuencia busca socavar y destrozar los lazos de familia, comunidad y cultura, existen importantes puntos de conexión entre la violación durante la guerra y la violación genocida. El genocidio es un intento de destrozar a un grupo racial, étnico, religioso o nacional, total o parcialmente, cometiendo toda una serie de actos contra los miembros del grupo. Los actos incluyen no solo el asesinato, sino también causar un serio daño corporal o mental, creando condiciones de vida que intentan destruir físicamente al grupo, e imponer restricciones que buscan impedir nacimientos dentro del grupo” ( ibid .). En algunos casos, como ocurrió en Yugoslavia, las violaciones buscaban provocar el embarazo.
Por su parte, Anna Agathangelou, en un artículo centrado en las violaciones masivas en Chipre y los territorios de la ex Yugoslavia, sostiene que los escritos tradicionales sobre nacionalismo “silenciaron la dimensión de género del nacionalismo y de la masculinidad de la nación”. Plantea que las mujeres son un objeto de dominación en la constitución de todo etno-nacionalismo, y que el nacionalismo , en los casos de Chipre y los territorios de la ex Yugoslavia, se apoyó en el ataque sexual a las mujeres.
La autora enfatiza, de todas formas, que contra una idea muy establecida, la violencia sexual no es solo contra el Estado, la nación o el grupo étnico, sino también, y ante todo, un crimen contra las mujeres . Pero esta realidad se reprime con el objetivo de homogeneizar a la nación, o al grupo étnico. Dice que en los comienzos de 1993 el suelo yugoslavo se convirtió en el escenario de una guerra multilateral, que creció por fuera de todo control en el intento de “construir nuevas democracias”. Estos nuevos sistemas políticos se basaban en la exclusión, la discriminación y la violencia contra “los otros”, los miembros de grupos étnicos diferentes y aquellos que se negaban a identificarse a sí mismos en términos nacionales. Los diferentes nacionalismos étnicos dentro de Yugoslavia dominan, humillan e intentaban destruir “al otro” a través de las mujeres. “La violación se convierte en un arma de guerra y herramienta de represión política” (“Nationalist Narratives and (Dis) Appearing Women. State-Sanctioned Sexual Violence”, Canadian Women Studies / Les Cahiers de la Femme , vol. 19, pp. 12-21, 2000, file:///C:/Users/usuario/Downloads/7925-7823-1-PB.pdf.).
Pienso que es imposible minimizar, o disimular atrocidades como las que están ocurriendo en Myanmar con los rohingya, y en especial con las mujeres rohingya. Aunque quede por investigar más en profundidad el porqué y el cómo de esta no infrecuente relación entre la agresión étnico-nacionalista y la agresión sexual en masa.
Fuente: https://rolandoastarita.blog/2017/10/13/myanmar-limpieza-etnica-y-violaciones-en-masa/
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